Descompresión láser de hernia discal lumbar
Una hernia discal lumbar se produce cuando parte del disco intervertebral, por lo general el núcleo, se desplaza fuera de su sitio, formando una prominencia que sobrepasa los límites del anillo fibroso. Por lo general las hernias discales se forman en la parte posterior – lateral del disco, donde se halla el saco dural con la raíces nerviosas lumbares. Ésta es la razón por la cual las hernias discales lumbares producen un dolor que irradia por las piernas al que llamamos ciática, como explicaremos más adelante.
A lo largo de la vida los discos intervertebrales sufren una serie de cambios degenerativos. Uno de los cambios que pueden sufrir consiste en una rotura del anillo fibroso. Cuando esto se produce, dicho anillo tiene una “ventana” a través de la cual parte del contenido del núcleo pulposo puede migrar.
Diferencia entre un disco normal y un disco con una lesión del anillo fibroso a través de la cual protruye parte del núcleo pulposo formando una hernia.
Clínicamente, las hernias discales lumbares suelen producir un dolor que irradia desde la zona lumbar o glútea por una o dos piernas (lo cual recibe el nombre de radiculalgia). Cuando dicho dolor trascurre por la parte posterior y/o lateral de la pierna y baja más allá de la rodilla, se lo denomina ciática. Dicho dolor se produce por la compresión de una raíz nerviosa lumbar, y su localización dependerá de qué raíz esté comprometida. Así pues, un dolor que trascurre por la parte posterior de la pierna hasta la planta del pie típicamente corresponderá a la raíz S1, un dolor que trascurre por la cara posterolateral hasta el lateral del tobillo o empeine a L5 o un dolor por la cara anterior del muslo hasta la rodilla a L4.
A medida que las raíces nerviosas sufren una mayor compresión, otros síntomas pueden aparecer como hormigueos (parestesias), falta de sensibilidad en parte de la extremidad (hipoestesias) o incluso pérdida de fuerza a la hora de realizar algún movimiento de la extremidad afectada. Este último síntoma (déficit motor) puede significar que la raíz nerviosa presenta una lesión grave y debe ser motivo de consulta a urgencias, ya que podría significar la necesidad de una cirugía emergente.
Tratamiento habitual de la hernia discal lumbar
El tratamiento convencional de esta patología consiste en el reposo, la medicación analgésica, la rehabilitación y últimamente la cirugía.
La cirugía tradicional llamada microdiscectomía consiste en un procedimiento en el cual se realiza una incisión en la zona lumbar, una disección de la musculatura y se realiza un orificio en la parte posterior de la vértebra que permite la extracción de la hernia y la descompresión del nervio afectado. Sin embargo, este procedimiento conlleva la realización de una anestesia general, una herida que posteriormente se debe suturar y por lo general una o dos noches de ingreso.
¿Qué es la descompresión por láser de la hernia discal lumbar?
Con el fin de buscar una alternativa mínimamente invasiva para tratar una hernia discal lumbar, recientemente se ha popularizado el tratamiento mediante la descompresión percutánea por láser intradiscal.
Esta técnica consiste en realizar una pequeña punción en la piel que permite acceder al disco herniado con una aguja. A través de dicha aguja se introduce una sonda capaz de emitir un láser que genera un aumento de calor dentro del disco. Al producir dicho calor se produce una evaporación de la parte líquida del disco, lo cual disminuye de forma significativa la presión dentro del mismo y a su vez la presión que ejerce sobre las raíces nerviosas y, de esta forma, se produce una descompresión de dichos nervios. En definitiva, el tratamiento logra un efecto mecánico al descomprimir indirectamente el nervio afectado.
Ventajas de la descompresión láser lumbar
La gran ventaja que supone este tratamiento es su bajísima agresividad. No es necesario realizar incisiones, ya que la sonda se introduce a través de una aguja pequeña, y el procedimiento es mucho más breve. Por tanto, se puede realizar bajo sedación sin necesidad de realizar una anestesia general y el paciente puede ser dado de alta poco después del mismo (se trata por tanto de un procedimiento ambulatorio).
Finalmente la recuperación es mucho más rápida que con la cirugía convencional, los riesgos intraoperatorios son drásticamente menores y tanto el retorno laboral como deportivo se producen significativamente más rápido.
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