Los tratamientos llamados biológicos u ortobiológicos son tratamientos que se encuentran dentro del ámbito de la medicina regenerativa. Se trata de un conjunto de sustancias/materiales que se obtienen directamente del organismo (del propio paciente). Estas sustancias se tratan con una serie de productos farmacológicos con tal de modificarse y, de esta manera prepararse para su aplicación directa en una estructura lesionada de nuestro cuerpo.

Cuando los tratamientos ortobiológicos entran en contacto con una estructura dañada (por ejemplo, un disco desgastado) son capaces de influir positivamente en el proceso de curación de esta.

Dentro de la línea de los tratamientos ortobiológicos, existe un abanico considerable de distintas posibilidades, pero en Vertebrae queremos hacer hincapié en dos: el plasma rico en plaquetas (también llamado factores de crecimiento) o las células de aspirado de médula ósea.

El plasma rico en plaquetas es un tratamiento que, como su nombre indica, se caracteriza por estar constituido por plasma (la parte líquida de la sangre) con una concentración elevada de células llamadas plaquetas.

Estas plaquetas contienen en su interior una cantidad elevada de unas moléculas llamadas factores de crecimiento que, al ser liberadas, promueven el crecimiento celular a través de la migración y división de células. De esta forma, el plasma rico en plaquetas tiene la capacidad de estimular la curación de tejidos dañados como la piel, tendones, cartílago, entre otros.

El tratamiento con plasma rico en plaquetas consiste en la inyección de este plasma en los discos o articulaciones dañadas para mejorar el dolor que producen las mismas estimulando su curación.

Para este procedimiento, se utiliza una anestesia local o sedación y en quirófano, con un campo estéril y con control de radiografías, el cirujano coloca una aguja en la estructura afectada.