Artrosis facetaria cervical
¿Qué es y cómo aparece la artrosis facetaria cervical?
Antes de definir la artrosis facetaria cervical, debemos saber que las vértebras, que son los huesos que forman la columna vertebral, están unidas entre ellas mediante dos articulaciones: intervertebrales y facetarias.
Las articulas intervertebrales se unen mediante el disco intervertebral y se localizan en la parte delantera de las vértebras. Y, las articulaciones facetarias, se encuentran en la región posterior de la vértebra, una a cada lado, permitiendo la movilidad de la columna. Están formadas por una cápsula reforzada por ligamentos y en su interior contienen una superficie articular recubierta de cartílago, igual que el que se encuentra en la rodilla.
La artrosis es una enfermedad en la que se produce el desgaste de una articulación por afectación del cartílago articular. Así pues, las facetas de la columna también pueden sufrir esta enfermedad como cualquier otra articulación del cuerpo como la cadera o la rodilla. La principal causa de este desgaste o degeneración del cartílago es la sobrecarga mecánica y consecuente sobreuso de la articulación.
¿Qué síntomas produce?
Clínicamente la artrosis facetaria se expresa como un dolor en la región de la columna afectada. Sin embargo, a medida que la enfermedad avanza puede aparecer rigidez y alteraciones de la movilidad por pérdida de la función de la articulación.
En casos muy avanzados de artrosis aparecen osteofitos. Estos son un exceso anormal de hueso y pueden afectar estrechando el canal medular o comprimiendo los nervios que se originan en la columna vertebral. Este fenómeno provoca dolor por irritación neurológica o dolor neuropático, un dolor que irradia desde la columna hasta los brazos o piernas según si afecta a la columna cervical o lumbar. En algunos casos, esta afectación neurológica puede manifestarse también como alteraciones de la sensibilidad y/o movilidad en las extremidades.
¿Cómo la podemos diagnosticar?
Para realizar un correcto diagnóstico es fundamental disponer de una óptima historia clínica donde consten las características del dolor, tiempo de evolución y síntomas asociados entre otros.
Después, se llevará a cabo una exploración física de la columna y las extremidades para determinar el grado de afectación de la artrosis. Finalmente se recurrirá al uso de pruebas complementarias, generalmente pruebas de imagen como la radiografía, la tomografía computarizada o la resonancia magnética, para valorar el grado de lesión de las articulaciones facetarias.
¿Cuál es el tratamiento para la artrosis facetaria cervical?
El primer escalón de tratamiento en esta patología consiste en el alivio de los síntomas con medicación analgésica y/o antiinflamatoria. Es recomendable realizar sesiones de fisioterapia para mejorar la movilidad y flexibilidad de la columna, ayudando así a mejorar los síntomas y frenar la progresión de la enfermedad.
En caso de que estas medidas no sean suficientes, se puede optar por una infiltración o bloqueo de la facera, que consiste en inyectar corticoides como antiinflamatorio local.
En estos casos, también podemos optar por la rizólisis. Esta utiliza la radiofrecuencia para eliminar las terminaciones nerviosas de la capsular articular donde se origina el dolor. Esta técnica puede realizarse mediante endoscopia. De esta manera, sólo se necesita una pequeña incisión en la piel para realizar la rizólisis.
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