Hernia y protrusión discal cervical
¿Qué es y cómo aparece la hernia y protrusión discal cervical?
La columna vertebral cervical está formada por 7 vertebras que contienen la medula espinal, de la cuál emergen 7 pares de nervios cervicales. Entre cada una de estas vértebras (a salvedad del nivel C1-C2) existe un disco intervertebral, que consiste en una estructura fibrosa formada por un anillo exterior o fibroso de fibras de colágeno y de un núcleo pulposo formado mayoritariamente por agua.
La hernia discal cervical es una causa común de dolor cervical en adultos producida por la herniación o desplazamiento del disco intervertebral produciendo compresión directa sobre la medula espinal o sobre el trayecto de alguno de los 7 pares de nervios cervicales.
En la mayoría de los casos las hernias discales cervicales tienen un proceso de instauración crónico de años de evolución fruto de la degeneración gradual asociada a la edad y la actividad física de la vida diaria, pero en algunos casos concretos, dichas hernias pueden instaurarse de forma aguda, principalmente después de un evento traumático relevante (como un traumatismo o el levantamiento de un peso).
La presencia de hernia discal cervical aumenta con la edad, pero su aparición es más común en entre los 30 y los 60 años.
¿Qué síntomas produce?
La hernia discal cervical se relaciona a dolor cervical asociado a clínica neurológica variada en función del nivel vertebral en el que se encuentre la herniación, y por consecuente la compresión en la medula o nervios cervicales.
Entre la posible clínica que acompaña la hernia discal cervical podemos encontrar: dolor cervical o en el brazo, debilidad, hormigueos, sensación de quemazón o acorchamiento en cuello, hombro, brazos y manos. La extensión del cuello asociada a rotación hacia el lado afecto o la flexión del cuello pueden reproducir o empeorar la clínica producida.
¿Cómo la podemos diagnosticar?
Tanto una protrusión discal cervical como una hernia discal cervical se diagnostican mediante el examen físico y las pruebas de imagen. Las pruebas de imagen pueden incluir radiografías, tomografías computarizadas (TAC) para valorar las estructuras óseas y resonancias magnéticas (RM) para evaluar con precisión los tejidos blandos, el estado de los discos y nervios cervicales.
Además, estas exploraciones se pueden completar mediante un electromiograma (EMG) para valorar el estado funcional de los nervios cervicales afectos en aquellos casos que sean necesarios.
¿Cuál es el tratamiento para la hernia discal cervical?
Las prótesis de disco son implantes que reproducen la movilidad norman de un disco intervertebral al cual sustituyen.
En aquellos casos más graves de hernia discal cervical con afectación neurológica progresiva o clínica refractaria al resto de opciones terapéuticas el tratamiento quirúrgico de elección es la fusión cervical anterior asociada a discectomía (ACDF).
La fusión cervical anterior asociada a discectomía (ACDF) es un procedimiento quirúrgico utilizado para el tratamiento de hernias discales cervicales que consiste en retirar el disco afecto y fusionar el nivel vertebral inmediatamente superior e inferior a este para evitar riesgo de inestabilidad o compresión.
El tratamiento de la hernia discal cervical es multifactorial y siempre consistirá en eliminar factores de riesgo (como el tabaquismo o el sedentarismo) y el ejercicio físico.
El tratamiento no quirúrgico incluye los programas de rehabilitación y fisioterapia en los que se potencian los ejercicios isométricos y el fortalecimiento y los estiramientos de la musculatura cervical, las pautas de medicación analgésica o la utilización de collarín cervical blando específico para episodios agudos.
Respecto al tratamiento intervencionista, existe un amplio abanico de procedimientos efectivos para el tratamiento de la hernia discal cervical que incluyen la realización de infiltraciones bajo control radiológico en el quirófano de corticoides o mediante bloqueo anestésico a nivel epidural por vía translaminar o transforaminal.
Las inyecciones de tratamientos biológicos como los factores de crecimiento (PRPs) o el aspirado de médula ósea (BMCs) ha demostrado una gran utilidad no sólo a la hora de tratar el dolor que generan estas lesiones, sino también a la hora de frenar el desgaste de los discos cervicales, el cual es el mecanismo primordial que produce la aparición de hernias o protrusiones discales.
En cuanto al manejo quirúrgico, también existe un amplio abanico de opciones para el tratamiento de las hernias o protrusiones discales cervicales. La artrodesis posterior cervical percutánea es un procedimiento mínimamente invasivo que permite tratar tanto el dolor cervical que se produce por la espondilosis cervical, las protrusiones o las hernias. Se trata de un procedimiento rápido y poco riesgoso que permite el alta hospitalaria a las 24 horas. Otra técnica muy empleada es la prótesis de disco cervical. Ésta permite sustituir un disco dañado o herniado por un disco artificial que se comporta biomecánicamente igual que los discos normales. Dicha técnica es especialmente útil en pacientes jóvenes en los que una fusión cervical sería una segunda opción.
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