Fractura vertebral lumbar
¿Qué es y cómo aparece la fractura vertebral lumbar?
Las fracturas de las vértebras lumbares son lesiones muy frecuentemente asociadas a la osteoporosis, una enfermedad en la que los huesos se vuelven menos densos y, por tanto, más delgados y frágiles lo que los hace más propensos a romperse.
Con el envejecimiento y la osteoporosis, es bastante frecuente que las vértebras, cada vez más debilitadas, se vayan estrechando y aplanando, haciendo que con la edad se pierda altura y en algunos casos provoca la aparición de una espalda redondeada e inclinada hacia adelante.
Normalmente, la osteoporosis se desarrolla y pasa inadvertida sin provocar ningún tipo de clínica hasta que se produce la fractura de un hueso como la muñeca, la cadera o una vértebra siendo estas últimas las más frecuentes.
Fractura vertebral que provoca una pérdida de altura en forma de cuña de la parte anterior de la vértebra
Las vértebras se fracturan por una compresión de la columna que, debido a la debilidad del hueso osteoporótico, no es capaz de soportar la sobrecarga de peso y se agrieta típicamente por su parte anterior provocando una pérdida de altura. De esta manera cualquier fuerza que implique una carga excesiva sobre este hueso frágil puede romperlo y esto implica no sólo caídas y traumatismo en la espalda sino también activadas de la vida cotidiana como estirarse, girarse, coger un pequeño peso, toser o estornudar.
¿Qué síntomas produce?
Cuando se produce una fractura vertebral, el síntoma principal es un dolor agudo, como una puñalada, que puede ser incapacitante durante semanas o incluso meses. En casos en los que se produce una gran pérdida de altura de la vértebra puede apreciarse una pérdida de estatura o incluso una postura encorvada al caminar.
En algunos casos, como consecuencia de la fractura, puede producirse una afectación de la médula espinal y los nervios provocando clínica neurológica (entumecimiento, hormigueo, debilidad muscular, pérdida del control de esfínteres de la vejiga y/o ano).
¿Cómo la podemos diagnosticar?
En primer lugar, se analiza la historia clínica y se realiza una exploración física. Posteriormente, se efectúa una radiografía simple de la columna para determinar las características de la lesión. En esta se puede observar la pérdida de altura de la vértebra fracturada que pierde su característica forma rectangular.
Otras pruebas complementarias que se utilizan son el la tomografía computarizada (TC o scanner) que aporta información en 3 dimensiones de la fractura, y la resonancia magnética (RM) que en casos de fracturas recientes se observa edema óseo y también nos permite evaluar si existe compromiso de la médula espinal.
Si un paciente tiene una fractura vertebral cuya causa se sospecha que es la osteoporosis, se evaluar para confirmarla y se valora su gravedad mediante densitometría que mide la densidad ósea. Se trata de una prueba que, mediante la absorción de rayos X de energía dual (DEXA), valora la densidad del hueso y permite caracterizar un hueso sano, osteopénico (condición de baja densidad ósea, precursor de la osteoporosis) y osteoporótico (condición de muy baja densidad con alto riesgo de fractura).
¿Cuál es el tratamiento de la fractura vertebral lumbar?
El tratamiento es, fundamentalmente, un correcto manejo de la osteoporosis en la población por lo que es mandatorio su prevención y tratamiento.
En el momento en el que se produce una fractura vertebral por osteoporosis el tratamiento inicial consiste en un reposo limitado y breve combinado con medicación analgésica. La mayor parte de las fracturas de este tipo terminan consolidando con el tiempo y, por tanto, es importante buscar proporcionar confort y calidad de vida al paciente mientras tiene lugar dicho proceso.
Como medidas adicionales, pueden utilizarse corsés o fajas para dar un aporte estructural externo extra que alivie el dolor. La rehabilitación o fisioterapia también son herramientas que tienen una gran utilidad a la hora de manejar el dolor que se produce por una fractura osteoporótica. De especial mención la magnetoterapia, que ha demostrado disminuir el dolor y la inflamación local en estos casos.
Las técnicas poco invasivas como infiltraciones, bloqueos o rizólisis pueden ser de ayuda en el manejo terapéutico de estos procesos, y los tratamientos biológicos como el PRP son también herramientas útiles y poco agresivas en estos casos.
En algunos pacientes el dolor persiste meses tras la fractura, es en estos casos en los que puede plantearse una cirugía para restablecer la altura de la vértebra fracturada existiendo dos tipos de procedimientos con este fin:
- La cifoplastia que consiste en colocar un balón expansible dentro de la vértebra lesionada. Al expandirse el balón, se recupera la altura de la vértebra. Posteriormente y con el fin de evitar nuevamente el colapso, se inyecta cemento dentro de la vértebra.
Procedimiento de cifoplastia
- La vertebroplastia que consiste en inyectar cemento directamente en la vértebra a alta presión para que el propio cemente genere directamente una recuperación de la altura perdida con la fractura.
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